Hoy no confiábamos en subir a Gorbea. Camino a Pagomakurre comienza a llover, intensificándose la lluvia una vez en el parking. Jon todo optimismo nos dice: " en diez minutos para de llover". Como si hubiese pulsado un interruptor la lluvia cesa.
Venga rápido, las botas y vamos a coger la pista hacia Arraba. Aunque estaba previsto subir en primer lugar al ojo de Atxular, es mejor idea tratar de ir directos a Gorbea. Además el viento sopla con fuerza durante casi toda la subida.
Como las nubes son altas, tenemos vistas de lo realizado en días anteriores (Aizkorri y Txindoki) y de lo que nos queda (Anboto). Qué gran disfrute las vistas y la conversación que llevamos.
La lluvia aguanta y en la zona de Egiriñao no se nota apenas el viento. Comienza la zona de las piedras y bajamos un poco el ritmo. De aquí hacia delante cada uno tiene que coger su ritmo.
Llegamos a la cumbre con un viento incómodo, eso sí, tenemos que hacer unas cuantas fotos antes abandonarla. El momento es de felicidad, no es para menos. Hemos conseguido realizar la tercera de las cimas más emblemáticas de nuestro territorio.
Descendemos un poco para resguardarnos del viento y picamos un poco de jamón y de queso. Una nube negra hace que bajemos ligeros hasta Arraba. ¿Y ahora que hacemos? La nube parece habernos abandonado, así que vamos a Kargaleku.
Entramos en Itxina para salir por el ojo de Atxular. Itxina está precioso y a nuestras invitadas les encanta.
Todavía nos quedaba otro gran momento. Ya en Pagomakurre de vuelta, sacamos el infiernillo y la sartén para dar cuenta de la sabrosísima txistorra de Arbizu. Un poco de queso y de vino son el acompañamiento ideal.
El día ha resultado espléndido y ya de vuelta en Erandio, nos despedimos de Cris. Qué gran placer ha sido conocerte. Mucha suerte en tus próximos retos y deseamos poder compartir nuevas rutas contigo.
Los demás a descansar, que nos queda la última: Anboto. Esperemos que el tiempo nos deje finalizar nuestro póker de cimas.
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