El año pasado comentó Fernando que le apetecía adentrarse en le valle de Soba. Así que nos pusimos manos a la obra y encontramos una ruta a la cima de Hornijo. una cima asequible para el grupo y que nos daría una idea de como es el valle.
Se presuponía un día gris a primera hora y sol a mediodía, pero cuando llevábamos una media hora de camino empezaron a caer unas gotas. Poco a poco la intensidad del agua se hizo algo mayor y paramos a ponernos los chubasqueros y a cubrir las mochilas.
La marcha prevista discurre por pistas de cemento en un primer momento y de tierra posteriormente. Después por un sendero nos acercamos hasta la base del Mazo Grande, que en su zona superior es terreno kárstico. En este punto decidimos dejar esta cima para otro día, ya que la lluvia complicará el movimiento por este tipo de terreno y preferimos continuar para evitar mojarnos mucho.
Seguimos caminando hacia Hornijo y poco a poco va dejando de llover y empieza algo de viento. Llegamos a la base de piedra y con la inercia continuamos buscando la entrada en el karst. Una mirada al GPS nos confirma que no debemos entrar por aquí, si no que debemos bordear la base de piedra.
Por aquí tenemos un camino más o menos cómodo, hasta que nos cruzamos con un rebaño de cabras y sus mastines guardianes. A distancia nos indican que mejor no seguimos por ese trazado por lo que empezamos a ganar altura por el karst para no molestar. Aquí el avance se ralentiza y complica bastante. Como vemos que el rebaño y los mastines se van alejando decidimos volver a la senda y ganamos altura con cierta facilidad.
Pasamos una valla y en pocos metros nos situamos en le collado. Ahora vemos el vértice de Hornijo y la cresta que nos llevará hasta él. Parece desde lejos más complicada de lo que finalmente resulta.
Ya en la cima comienza a soplar un fuerte viento, pero al menos el día ahora está despejado.
Las vistas son espectaculares; Santander, Santoña, Porracolina, Ganekogorta, Anboto.... Parece mentira qué cerca y qué lejos queda todo desde las montañas.
Mientras nos hacemos algunas fotos, Joseba y Fernando se resguardan del viento para picar algo. Os habéis quedado sin foto. El grupo comienza a bajar mientras ellos recogen el amaiketako. El viento va desapareciendo poco a poco. Ya en la senda de bajada vemos el tramo de pista por el que continuaremos hacia San Pedro. Para unirnos a él buscamos una zona libre de brezo y argoma.
Antes de iniciar la pista encontramos una zona herbosa donde paramos a comer. Un rato disfrutando del entorno y reponiendo fuerzas. Desde este punto ya solo nos quedará seguir la pista para llegar hasta el coche.
La vuelta la realizamos por Asón para ver su famosa cascada, pero esta solo tiene un hilo de agua. Otro buen día entre amigos, en el que hemos vuelto a contar con Iñaki, que ha venido para quedarse.
Fotos aquí
