15 feb 2018

Jaizkibel y valle de Labetxu

Después de muchos días de lluvia y frío, la climatología decide darnos el respiro necesario para esta salida. Nos juntamos para salir a las ocho menos cuarto en autobús desde Bolueta, hasta Jaizkibel. Aquí pecamos de no madrugar mucho y más tarde nos hubiese venido bien una hora extra más.


Desde el parking del mirador de Jaizkibel seguimos ascendiendo por carretera unos metros hasta el alto del puerto. Desde aquí comenzamos a bajar por pista y sendero hasta encontrarnos con el camino que viene paralelo a la costa.


Por este sendero encontraremos una primera curiosa formación de piedra arenisca. Seguimos bajando para encontrarnos con "La Concha", otra curiosa formación. La verdad es que el paisaje no defrauda.


Siguiendo el sendero a la par de los acantilados llegamos hasta el barranco de Labetxu como no vemos una bajada clara seguimos ascendiendo hasta que nos damos cuenta que llegamos el camino equivocado. Por suerte entre unas piedras podemos salir al valle, ver otras bonitas formaciones, y  descender hacia Labetxu. Aquí teníamos que habernos arrimado más al mar para seguir disfrutando de la belleza del paraje.

En vez de eso, cruzamos directamente el río y subimos hacia la otra cara del barranco. Aquí tenemos el punto más complicado de la jornada, un tramo empinado que tiene una cuerda para ayudarse en la subida. 


Ya a través del bosque comenzamos a subir con el objetivo de salir hasta la carretera. Las rampas duras y empinadas nos llevan hasta una escultura en homenaje a la Virgen de Guadalupe en la que es la cima del Artola. Desde aquí unos pocos metros para llegar a la carretera donde nos espera el autobús. La cima de Jaizkibel quedará para otro día.


Nos cambiamos de ropa y nos vamos hasta Hernani, donde nos esperan en la sidrería Larregain. Comenzamos con unas anchoas para picar un poco y enseguida llega la tortilla de bacalao. Entre plato y plato viaje a la kupela para degustar sus variadas sidras. Al final parece que la de Potrokillo triunfa sobre las demás.


Tacos de bacalao, chuleta, nueces, queso y membrillo completan el menú. Hemos comido muy bien y nos hemos encontrado muy a gusto. Ya son dos veces las que hemos comido aquí y seguro que no será la última.


Al final un buen día en el que el objetivo principal se ha cumplido. Y ese es el de disfrutar del gran ambiente que hemos formado en este grupo. Por otra parte os pedimos disculpas, ya que el tiempo no nos permitió realizar este recorrido con antelación y así haber podido disfrutarlo plenamente.
Fotos aquí