12 dic 2015

Zaldiaran y comida fin de año

Ya hemos despedido otro año. Zaldiaran es un clásico del año nuevo para los gasteiztarras y también ha sido el nuestro para despedir 2015.

Lo que debía ser una jornada de disfrute se convierte, al final fue una mañana de protestas. Y todo por una cuesta de nada, os estáis haciendo viejos y cascarrabias. No va a haber quien os aguante en unos años.

Comenzamos la marcha desde la plaza de Zumeltzu siguiendo el trazado del GR-25. Llegamos hasta un poste que nos indica Bustuko Gana. Nosotros seguiremos por el GR, ya que vamos a realizar la ascensión más directa a esta primera cima. Damos un giro para abandonar el GR y cogemos un estrecho sendero que nos llevará hasta el hayedo bajo la cima. Aquí la cosa se pone un poco dura. La niebla hace que el suelo esté muy húmedo, lo que sumado a la fuerte pendiente hace el terreno muy resbaladizo. Unos pasitos hacia delante y alguno hacia atrás y llegamos a la cima.


La niebla nos impide ningún tipo de vista, así que tras la foto seguimos unos metros el cordal. Un sendero a nuestra izquierda desciende unos cuantos metros para llevar al camino que nos dejará en la cima de Zaldiaran. Eso si, en vez de ascender el último tramo directo por el sendero salimos hasta la carretera que lleva a sus antenas.


Una gran cruz corona la cima de este monte. Como desde aquí tampoco tenemos vistas, bajamos unos metros para hacer el amaiketako.

Hora de continuar. Ahora tras unos metros por la carretera un estrecho sendero a nuestra izquierda nos irá bajando. Llegamos a un nuevo hayedo pero con menor pendiente que en el de la ascensión.


Llegamos al punto donde debemos girar para volver a Zumeltzu. El camino se ve que pica hacia arriba. Un hombre nos indica que un poco más abajo en Ezkibel tenemos la opción de hacer el giro con menos pendiente o de seguir hasta Berrostegieta. Esta última opción es la elegida, la pista es ancha y nos permite un buen ritmo.

Junto a la iglesia nos recoge el autobús para trasladarnos hasta Murgia. Un par de potes, a los que se unió nuestro compañero Javi y a comer. El restaurante Areso nos espera con un suculento menú. La sobremesa es  agradable, pero las seis nos dan enseguida. El autobús nos espera para volver a casa.

En definitiva una buena despedía de año, en la que nos faltó Joseba a última hora. No importa el año que viene habrá más. Gracias a todos.