9 mar 2014

Oiz - Infantil

El día amanece despejado y vamos a por el que será nuestro segundo monte bocinero. Hoy toca Oiz y parece que pasaremos un buen día.

Un poco más tarde de lo esperado partimos desde Zengotita por una pista que sale junto al lavadero.  Este primer tramo transcurre por un pinar y los primeros repechos son duros, así que avanzamos poco a poco para no quemar a los txikis.



Estamos llegando al final del bosque y antes de salir a terreno despejado, parte del grupo enfila un sendero hacia la derecha para hacer la cima de Zengotitagana.


El cordal del Oiz está plagado de aerogeneradores y enseguida entendemos el porqué. El viento se hace notar y nos acompañará durante el resto del recorrido.

Tras pasar una valla llegamos a Iturrizuri, donde además de la fuente-lavadero tenemos varios abrevaderos para los animales. El camino en esta zona pica hacia arriba pero de manera muy leve. Una paradita para saltar un poco a la comba, y es que las sombras de las aspas de los aerogeneradores se convierten en una improvisada cuerda.


Ya distingimos perfectamente la cima de Oiz. El final también tiene un exigente repecho y el viento sopla aquí aún con más fuerza. Estos últimos nos cuestan un poco más de lo esperado dada la intensidad del viento. Alcanzamos la cima y con una sonrisa posamos rápidos para la foto. Vamos a parar lo menos posible en la cima y bajaremos a buscar un sitio a resguardo para comer.


El sitio bueno es junto a la fuente de Iturrizuri, así que sacamos las ensaladas, tortillas, etc. y nos ponemos a comer. Los txikis, que ya tenían hambre, devoran la comida. Ahora a ellos les toca jugar un rato por los abrevaderos y los mayores aprovechan para relajarse al sol.


Como era de esperar, un resbalón hace que uno de los txikis se moje casi por completo. Hora de recoger para empezar a bajar, que alguno se tiene que cambiar. Durante el camino de bajada algunos vuelven a pasar por Zengotitagana, y es que a Goiuri le hace falta la cima para el concurso de la federación.

El resto del descenso no depara ninguna novedad y llegamos nuevamente al lavadero de Zengotita, donde damos por finalizada la salida. Eso si los que menos prisa tenemos decidimos hacer parada en Goiuria para tomar un café mientras los txikis juegan un rato.

Desde Bidelagun queremos dars la bienvenida a Berta, esperamos compartir más días contigo.




6 mar 2014

Canales de Dulla

Tras muchos días de no parar de llover llega la salida de Bidelagun. Hoy toca viaje  hasta Puentedey. Desde aquí vamos a comenzar la ruta de los canales de Dulla.

Nos calzamos las botas, dispuestos a disfrutar de un gran día.


Comenzamos la marcha por pista ancha y con algo de niebla. Justo antes de desviarnos del camino encontramos una laguna con un encanto especial. La niebla hace de este sitio un paraje misterioso. Un par de fotos y continuamos la marcha. Vamos ganando altura para alcanzar la meseta superior que nos llevará hasta la cima de Dula, cuando un pequeño arco iris se forma frente a nosotros. No se distinguen bien sus colores, pero no desaprovechamos la oportunidad de fotografiarlo.


Ya en la meseta superior solo es cuestión de seguir avanzando para llegar cómodamente hasta la cima de Dulla. Bonita la vista de todo su cañón, ahora si la niebla ha desaparecido y disfrutamos del momento.


Desde aquí y siguiendo el curso del arroyo, nos vamos adentrando en el canal de Dulla.  Los farallones rocosos a ambos lados se empiezan a mostrar majestuosos. 


Contamos con la ventaja de que, las lluvias recientes hacen que el cauce del arroyo sea generoso. Aunque esto nos implica cierta dificultad para vadearlos en las múltiples ocasiones que lo necesitamos.

Dejando ya el cauce a un lado llegamos hasta la localidad de Quintanilla de Valdebodres. Desde aquí el camino hasta Puentedey se realiza por carretera. A mitad de este recorrido encontramos el desvío que nos llevará a la cascada de la Mea.


Bonita cascada, que viene con gran cantidad de agua. El sitio lo merece y además es la hora, así que dejamos las mochilas en el suelo y nos sentamos a comer. El ruido del agua rompiendo sobre la roca nos hace disfrutar.

Desde la cascada ya solo nos queda 1,5 kilómetros por carretera para regresar a Puentedey. Un cafe en el pueblo y una parada en Villarcayo ponen fin a otro buen día de monte.