7 jun 2015

Ereñozar - Infantil

Puntuales como siempre partimos a las 9 a.m. de la estación de Leioa. El día está un poco más nublado de lo que dice la previsión, pero no importa.

Llegamos a Ereño donde comenzaremos nuestra travesía. Desde el pueblo vemos la cima con su ermita y aunque parece quedar lejos nos costará poco llegar hasta ella.

De la plaza de Ereño bajamos para salir junto al frontón. Desde aquí la pista irá ganando altura poco a poco. Con mucha facilidad llegamos a la base de Ereñozar.


Ahora viene el tramo más complicado de la jornada y es que el tramo final resbala. La piedra del camino, la pendiente y el rocío de la mañana hacen que nos ayudemos de la valla que tenemos a nuestra izquierda.


Ya en la cima Ereñozar la campana de la ermita es la atracción para el grupo. Si mal no recuerdo solo dejó de sonar el ratito de la foto de grupo junto al buzón. Mientras repica la campana tomamos un pequeño aperitivo antes de continuar la marcha.


Como el día está cerrado no hemos podido disfrutar de las bonitas vistas que esta cima nos ofrece de Urdaibai. Con esta pena, nos ponemos en marcha hacia el segundo objetivo del día; "el bosque de Oma".


Pasamos junto a los caseríos del barrio de Oma que están bien cuidados. Ahora vuelve a tocar subir para llegar al bosque. Comenzamos a buscar las flechas del suelo desde las cuales veremos  las distintas figuras que nos ofrecen sus pinturas.


El día empieza a despejar y el calor a apretar. Esto se deja notar en el pequeño repecho que subimos antes de la  bajada hasta las cuevas de Santimamiñe, a los pies de Ereñozar. Es aquí donde nos está esperando el autobús con la comida. Unas mesas a la sombra son el sitio ideal para llenar el buche.


Tras oír en gran cantidad de ocasiones si falta mucho para las canoas, llegamos a la playa de Laida donde nos espera Mikel con ellas. Tras sus explicaciones comenzamos a remar a contra corriente, la marea está subiendo y esto se nota. 


Llegamos casi hasta el punto de desembocadura de la ría y aparcamos las canoas para darnos un baño. Poco dura el baño, y es que una hora de canoas tampoco da para mucho. Eso sí, ahora a favor de la corriente llegamos casi sin enterarnos al punto de partida.


Todos contentos nos cambiamos y con un helado al autobús para la vuelta a casa. Como no podía ser de otra manera hemos vuelto a pasar un buen día. Desde Bidelagun queremos dar la bienvenida a Lorena, Izaro y Gadea. Gracias a tod@s por vuestra colaboración.

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