12 sept 2015

Sierra de Gredos

Este año nos ha tocado Gredos para nuestra salida especial. Como no todos disponían del martes libre, una parte decidimos salir por la mañana y conocer Ávila y sus murallas. Murallas que la mayoría solo habíamos visto por televisión en la vuelta ciclista. Así que una visita a la ciudad y a probar alguna de sus típicas tapas, antes de acabar viaje en Navarredonda de Gredos para alojarnos en el Hotel Garabatos.


El miércoles, para primer día, venía el plato fuerte: Almanzor. Pasaban unos minutos de las 8 a.m. cuando comenzamos a andar desde la Plataforma. El camino es ancho y con un empedrado que se hace algo molesto al caminar. La pendiente de la ascensión es suave y eso permite que las piernas vayan calentando poco a poco para la dura jornada que nos queda por delante. A la altura del prado de Las Pozas conocemos a Luis, un joven albaceteño que realiza la ascensión en solitario. A partir de aquí fueron muchos los ratos que compartimos él.


Vamos ganando altura hasta llegar al Alto de los Barrerones. Aquí, el camino  comienza a descender hacia la Laguna Grande y al refugio de Elola. En el refugio tomamos un tentempié, lo más duro de la jornada está por llegar. 



Continuamos en dirección a la portilla Bermeja para posteriormente girar a la derecha y salir a la portilla del Crampón. Desde aquí y con menos hitos por el camino tras un par de revueltas nos ponemos en el punto más complicado.  Dejamos las mochila para poder subir más cómodamente una trepada de unos cuatro metros. El paso es de grado II+ y lo salvamos todos mejor de lo que esperábamos. La cuerda que hemos montado de ayuda apenas ha sido utilizada. Salvado este paso y poco a poco, vamos haciendo cumbre. Más o menos de tres en tres ya que la cima no da para mucho más y además está Iker inmortalizando el momento con su cámara. También pudimos compartir cima con nuestro amigo Luis, con el haríamos el descenso hasta el refugio.


El descenso del paso se hizo también bastante fácil. En su parte baja ya están Jon y Javi indicándonos los puntos buenos de apoyo, lo cual nos ha facilitado enormemente la tarea. Así que recuperadas la mochilas y con una gran sonrisa decidimos comenzar a bajar al refugio. Pero no todos, Joseba ya conocía la zona y propone realizar la cima de La Galana. A la idea se suman cuatro compañeros.

Llegamos al refugio donde hacemos la parada para la comida. Aquí nos despedimos de Luis y le deseamos suerte en su proyecto de realizar la cimas más altas de cada comunidad.


Como al grupo que ha ido a La Galana le va a costar un buen rato más, realizamos el descenso. Eso si, dejamos recado en el refugio de que nos veremos en el hotel. La vuelta se hace algo dura y es que ahora toca recuperar la altura desde el lago al mirador. Cansados aunque satisfechos llegamos a la plataforma. En menos de dos hora el resto del grupo regresa al hotel para cenar juntos. La jornada ha sido de algo más de diez horas de marcha y cerca de 1300 m. de desnivel, así que pronto a descansar.

El jueves tras casi una hora de viaje llegamos a la plataforma Nogal del Barranco en Guisando. El objetivo del día es La Mira. Para alcanzarlo cogemos por un camino empedrado (PR-AV 43) que discurre por bosque en su primer tramo. Al fondo ya divisamos todo el barranco y lo que se nos viene encima. Poco a poco y sin prisa seguro que lo conquistamos.


El sendero es conocido como el carril de los Galayos, ya que discurre entre sus cimas y el barranco. Una vez que llegamos sobre sus agujas de escalada tenemos que decidir si subir por la apertura o por las zetas hasta el refugio. Algunos se deciden por la apertura, terreno que discurre bajo los Galayos sin un claro sendero y que en ocasiones requiere apoyar las mano para ayudarse en la progresión. El resto optamos por seguir el camino de las zetas que resulta más cómodo. Eso sí, en el último tramo antes de llegar al refugio desaparecen las zetas y el camino se empina mucho más.


Juntos en el refugio picamos un poco y seguimos para arriba. Este es casi seguro el tramo más duro de la jornada. Una pedrera y un caos de bloques de granito ralentizan la marcha. Además se ha metido algo la niebla lo que nos resta el encanto de las vistas impresionantes del barranco. Un pequeño esfuerzo más y llegamos a la cima. Un torreón de piedras de un antiguo telégrafo óptico corona la cima.



Tras un rato en la cima, esperando sin suerte a que se disipase la niebla, bajamos hasta el refugio para comer. Desde aquí hasta la plataforma para dar por finalizada la jornada.


Es viernes, nuestro último día, nos toca el Morezón y para ascenderlo volvemos a la plataforma de Gredos. La ruta no es larga ni tampoco excesivamente exigente por lo que el retorno a casa lo podremos realizar a buena hora.

El comienzo del recorrido nos es familiar, volvemos a comenzar por la pista empedrada. En menos de un kilómetro giraremos a la izquierda siguiendo los hitos. Ahora el camino es un sendero de tierra lo cual nos facilita mucho la marcha. Aunque en las piernas se nota algo la carga de los dos días anteriores el ritmo es bueno.


Hoy el día está totalmente despejado y echando la vista hacia el este vemos La Mira y la cuerda de Los Galayos. Una pena que ayer no pudiésemos disfrutar de las vistas desde esta cima por la niebla.

El sendero se va alternando con alguna zona pedregosa hasta llegar a la base del Morezón. Ahora sí que hay que echar el resto, el terreno se empina y debemos caminar entre piedras y bloques de granito.


La cima nos ofrece unas preciosas vistas de todo el circo de Gredos, además de vistas de otras sierras a lo lejos. 


Variamos un poco el descenso y lo hacemos por el manantial de las pozas. Ya desde la plataforma volvemos al hotel a recoger los equipajes que gentilmente nos han guardado.

Una estupenda salida que finalizamos comiendo una chuleta ternera abulense en la Venta de la Rasquilla. No se puede acabar de mejor manera.

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