Parece que la subida por las Malloas se nos resiste. La lluvia previa a la salida aconsejaba modificar el itinerario. Por ello decidimos buscar una ruta que, partiendo desde Azkarate, nos permita la subida a Artubi, a Uakorri y, dependiendo de las condiciones, a Balerdi.
Partimos desde Azkarate con buena temperatura pero con una niebla que no nos permite divisar el cordal. Los tramos de bosque y de terreno despejado se van alternando hasta llegar a la base de Zabalegi. Aquí perdemos el claro sendero y comenzamos a subir entre una hierba muy alta que dificulta seguir cualquier camino. Por suerte el terreno va cambiando y empieza a ser más piedra. Este no es el único cambio, ahora la niebla se empieza a diluir y podemos observar la preciosa silueta del Txindoki.
Ya desde la cima podemos contemplar la inmensidad de esta sierra y recorrer con la mirada las rutas que hemos seguido para hacer varias de sus cimas. Es momento de seguir, bajar, subir y subir hasta que aparecemos en la cima de Artubi. Aquí la foto cambia un poco y es que la vista sobre las Malloas es espectacular. También el sitio óptimo para acercarnos a Balerdi.
Nos arrimamos y observamos cómo está el terreno. Los más expertos van por delante y, ¡bingo!, el paso por la cresta no está húmedo. Poco a poco nos vamos animando a pasar. Llega mi hora y me decido a intentarlo. A pesar del vértigo que tengo no lo veo mal. Poco a poco y con la ayuda de mis compañeros indicándome cuales son los mejores apoyos, acabo pasando. Terrible, lo conseguí. Gracias compañeros.
Hemos pasado pero queda volver. Ahora ya se a qué me enfrento y la verdad es que me alegro de haberme arrimado. Muchas veces hasta que no lo ves por ti mismo no sabes si eres capaz. El paso tiene un tramo algo aéreo, aunque hay buen apoyo. Otro detalle importante ha sido que la roca estaba seca, si hubiera estado mojada creo que ninguno se habría animado a intentarlo. Volvemos hasta casi la cima de Artubi para realizar un fuerte descenso y llegar al paso de Astunalde. Dejamos las mochilas en el suelo y salvamos el fuerte desnivel que nos separa de Uakorri. Disfrutamos un poco de las vistas y vuelta a Astunalde para comer.
La pendiente para el descenso es fuerte y la alta hierba solo nos deja intuir algunas partes del camino. El primer tramo se hace tortuoso (era eso, ¿verdad Larri?). Son varios los resbalones que sufrimos durante este tramo. Si esto está así, ¡como será desde Gaintza!
Ya en la zona más tendida, el camino al coche se nos complica. Vamos siguiendo claros caminos que acaban sin salida. Eso por no mirar al GPS, así que tras varias vueltas conseguimos llegar. Finaliza otro gran día, pero hoy parece que nos hemos cansado un poco más de lo habitual.
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